Por Ana Milena Puerta
Emocionante, por decir lo menos, reunirse
con 367 líderes comunitarios, invitados al Octavo Encuentro Nacional de
Desarrollo Alternativo-ENDA, que
lograron salir de los cultivos ilícitos e iniciar una vida desde la legalidad,
obrando como inspiradores de sus comunidades y ejemplos vivos del temple de
muchos de nuestros compatriotas frente a las adversidades.
En el auditorio Simón Bolívar del Hotel
Zuana de Santa Marta, de espaldas al mar y de cara a una treintena de panelistas,
expresaron en los pequeños foros sus reflexiones acerca de lo que significa
romper con una cultura y comenzar de nuevo a creer en los vecinos, a confiar en
la gente y en el Estado, a sembrar con ilusión y vivir con tranquilidad.
“Yo sé que estoy aquí porque soy líder
para mi comunidad, porque hace varios años los convencí de arrancar la coca y
revivir los trapiches. En Vista Hermosa éramos paneleros y nos habíamos
convertido en cocaleros desconfiados y con mucho miedo” dice don Gustavo
García, presidente de la asociación de segundo grado CORPAMET- Corporación de
Paneleros del Meta, que agrupa a siete trapiches de veredas como La Albania en
Vista Hermosa, donde se volvió a sembrar caña y a realizar moliendas
ininterrumpidas, con el apoyo del Estado a través de la Política de
Consolidación Territorial.
Gustavo comenzó por asociarse con sus
vecinos en una entidad denominada CRISTACAÑA “lo más difícil es volver a
confiar los unos en los otros” nos cuenta mientras rememora problemas y
dificultades que lograron superar hasta lograr una producción constante de
panela y clientes fijos.
Tres claves para el desarrollo productivo
Jochen Weisse, director de proyectos de
USAID en Perú y especialista en programas de desarrollo alternativo para
comunidades cocaleras, ofreció a la audiencia sus tres claves para lograr el
desarrollo productivo en zonas que han sido de cultivos ilícitos.
La primera: No subestimar al campesino.
“Algunos piensan que son pequeños o limitados y los involucran en programas
asistencialistas porque creen que no son capaces de tener cultivos de renta y
con valor agregado” afirma Jochen e insiste en que Estado, cooperantes y
comunidades deben enfocarse en productos
y empresas, ser ambiciosos en este tema.
La segunda es que las propuestas de la
cooperación internacional para las comunidades excocaleras deben incluir
paquetes tecnológicos realistas y adaptables.
Y la última: “Cumplir con todo lo que se
dice y se promete a las comunidades, debemos ser claros y transparentes, sin
subestimar ni sobredimensionar las ventajas de los cultivos lícitos” concluye.
Flaminio Ruiz, productor de café y
asistente a este encuentro, escucha con atención al panelista y nos afirma que
“yo sí estoy de acuerdo, sobre todo en la primera. Eso de recibir sueldo o
dinero sin habérselo ganado es muy perverso, lo que necesitamos es tecnología e
insumos para trabajar, no plata para gastar y desperdiciar”
Como él, la mayoría de los asistentes se
sienten empoderados de su nuevo papel como líderes de sus comunidades, pequeños
empresarios con planes de negocio y ciudadanos colombianos que le apuestan a la
productividad y la legalidad.
Dos días no fueron suficientes para
escuchar todas las voces, historias y ejemplos de vida conmovedores. Gracias a
la Dirección de Programas contra los Cultivos Ilícitos de la Unidad
Administrativa para la Consolidación Territorial por reunir tanta esperanza de
un mejor país.
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