La profe Angelina González |
A sus 55 años de edad, Angelina González lleva 35 años siendo "la profe" de Camarón, una vereda de 446 personas ubicada en El Carmen de Bolívar. De las 62 familias que conforman esta comunidad, 24 son de apellido González, y 7 mujeres han sido llamadas Angelina González en honor a la profe. Ella cuenta que a pesar de haber vivido 30 años con intensa presencia de los paramilitares y la guerrilla, hoy en día su comunidad irradia felicidad, gracias a un proceso de planeación participativa desarrollado en el marco de la Política Nacional de Consolidación Territorial a través de la Estrategia Colombia Responde.
Como resultado de este proceso llamado PACE, todos ponemos; actualmente El Carmen de Bolívar reconoce a Camarón como una de sus veredas. En sus propias palabras, Angelina nos cuenta cómo ha sido esta experiencia en Camarón.
“En julio de 2010 cuando Tilsia Tapia, Enlace Municipal de Colombia Responde llegó a nuestra comunidad, sentimos apatía y rechazo, porque sabíamos que en este tipo de reuniones no se lograba nada. Nuestra experiencia nos mostraba que al final todo era politiquería. Sin embargo, la reunión fue posible gracias a que Geovaldi González, miembro de la comunidad y Alcalde encargado de El Carmen de Bolívar, quien nos motivó diciéndonos que esta vez sí era verdad que el Estado se iba a hacer presente. Desde la primera reunión, Tilsia insistió que el éxito del proceso dependía de la voluntad y el compromiso de la comunidad. Fue así corno en medio de la incredulidad iniciamos el trabajo con Colombia Responde.
La enlace nos habló de la Política Nacional de Consolidación Territorial y de Colombia Responde, explicándonos que la metodología PACE, todos ponemos, era un proceso de planeación y construcción participativa. Casualmente, el día de la reunión los niños de la comunidad tuvieron un accidente y la canoa que los transportaba a la escuela se volteó; se les mojaron los uniformes y los cuadernos. Esto le ayudó a la enlace a ir entendiendo nuestra realidad. En la segunda reunión elegimos un Comité de Desarrollo Comunitario que agrupaba los diferentes sectores de nuestra vereda, y seleccionamos un líder representante de la comunidad.
En la tercera reunión priorizamos el proyecto de impacto rápido. Seleccionamos la compra de una lancha para que los niños pudieran transportarse a la escuela. Después de 32 años de buscarla a través de diferentes gestiones, el 7 de septiembre de 2010 obtuvimos la lancha. Este fue el primer acto que nos hizo creer, sobre todo después de haber sido víctimas de tanta violencia, y de todas las promesas incumplidas por las Alcaldías y las Gobernaciones.
Los 27 integrantes del Comité de Desarrollo Comunitario empezaron a trabajar en la comunidad, para demostrar que el trabajo con Colombia Responde no era un regalo, sino una forma de consolidar nuestros derechos y la confianza en las instituciones. Trabajaron sobre la apatía y desconfianza de la gente .También vinculamos veredas cercanas como La Mesita, Palma de Vino, y Santa Cruz. Integramos siete veredas, para un total de 1000 personas en un trabajo basado cola recuperación de la confianza y la reconciliación. En ese momento empezamos a implementar otros proyectos socioeconómicos como la Finca Montemariana, y educación en salud sexual y reproductiva. La comunidad también logró la aprobación de dos proyectos productivos a través del Programa Alianzas Productivas del Ministerio de Agricultura, consiguiendo recursos para la generación de ingresos adicionales en la producción de cacao.
El Comité de Desarrollo Comunitario se preparó para reclamar sus deberes y derechos, y se empoderó sobre las necesidades de la comunidad. El proceso de planeación continuó y juntos trabajamos en la definición de un plan de desarrollo comunitario que identificó nuestras principales necesidades. Colombia Responde también nos entregó un parque para los niños y un salón comunal que ha sido muy importante porque antes nos reuníamos debajo de los árboles. Ahora esto se ha convertido en un centro de recreación, porque allí bailamos; inclusive, conseguimos un televisor comunal. Después, empezamos a implementar Voces y Sonidos de los Montes de María, un proyecto que buscó recuperar nuestro derecho a la comunicación y a la libre expresión. Fue cuando creamos nuestro centro de producción radial, Camarón Stereo. Esto ha sido de mucha importancia para la comunidad, porque el acceso a los medios de comunicación era extremadamente difícil; la información nunca llegaba y esto disminuía la participación. Hoy en día nuestra comunicación es ágil y efectiva. Adicionalmente, después de 30 años de recibir clases en la sala de mi casa, en marzo de 2012 terminamos la construcción de la primera aula escolar, obra en la que muchos miembros de la comunidad se involucraron adquiriendo conocimientos sobre construcción.
Todo el trabajo con Colombia Responde nos ha ayudado a fortalecer nuestra capacidad de gestión. Por ejemplo, adquirimos cinco computadores del programa Computadores para Educar, porque los niños grabaron unos cuentos que convencieron al Ministerio de Comunicaciones sobre nuestras necesidades de mejorar la educación. Adicionalmente, por gestión de la comunidad, 93 personas entre 18 y 53 años están completando los días sábados su educación básica primaria y secundaria. Uno de los procesos más importantes ha sido el recate de valores, la autoestima, la responsabilidad y la confianza. Nosotros teníamos miedo, egoísmo y resentimiento, porque enfrentamos la violencia por más de 30 años. Hoy en día, Camarón irradia felicidad. A través de los proyectos productivos, Colombia Responde nos ha transformado en un campesinado visionario y progresista, esto es muy impactante. Ahora tenemos autonomía, liderazgo, empoderamiento, actitud gestora, y buscamos nosotros mismos las soluciones. Ahora estamos por ejemplo pensando en hacer un acueducto artesanal.
“En julio de 2010 cuando Tilsia Tapia, Enlace Municipal de Colombia Responde llegó a nuestra comunidad, sentimos apatía y rechazo, porque sabíamos que en este tipo de reuniones no se lograba nada. Nuestra experiencia nos mostraba que al final todo era politiquería. Sin embargo, la reunión fue posible gracias a que Geovaldi González, miembro de la comunidad y Alcalde encargado de El Carmen de Bolívar, quien nos motivó diciéndonos que esta vez sí era verdad que el Estado se iba a hacer presente. Desde la primera reunión, Tilsia insistió que el éxito del proceso dependía de la voluntad y el compromiso de la comunidad. Fue así corno en medio de la incredulidad iniciamos el trabajo con Colombia Responde.
La enlace nos habló de la Política Nacional de Consolidación Territorial y de Colombia Responde, explicándonos que la metodología PACE, todos ponemos, era un proceso de planeación y construcción participativa. Casualmente, el día de la reunión los niños de la comunidad tuvieron un accidente y la canoa que los transportaba a la escuela se volteó; se les mojaron los uniformes y los cuadernos. Esto le ayudó a la enlace a ir entendiendo nuestra realidad. En la segunda reunión elegimos un Comité de Desarrollo Comunitario que agrupaba los diferentes sectores de nuestra vereda, y seleccionamos un líder representante de la comunidad.
En la tercera reunión priorizamos el proyecto de impacto rápido. Seleccionamos la compra de una lancha para que los niños pudieran transportarse a la escuela. Después de 32 años de buscarla a través de diferentes gestiones, el 7 de septiembre de 2010 obtuvimos la lancha. Este fue el primer acto que nos hizo creer, sobre todo después de haber sido víctimas de tanta violencia, y de todas las promesas incumplidas por las Alcaldías y las Gobernaciones.
Los 27 integrantes del Comité de Desarrollo Comunitario empezaron a trabajar en la comunidad, para demostrar que el trabajo con Colombia Responde no era un regalo, sino una forma de consolidar nuestros derechos y la confianza en las instituciones. Trabajaron sobre la apatía y desconfianza de la gente .También vinculamos veredas cercanas como La Mesita, Palma de Vino, y Santa Cruz. Integramos siete veredas, para un total de 1000 personas en un trabajo basado cola recuperación de la confianza y la reconciliación. En ese momento empezamos a implementar otros proyectos socioeconómicos como la Finca Montemariana, y educación en salud sexual y reproductiva. La comunidad también logró la aprobación de dos proyectos productivos a través del Programa Alianzas Productivas del Ministerio de Agricultura, consiguiendo recursos para la generación de ingresos adicionales en la producción de cacao.
El Comité de Desarrollo Comunitario se preparó para reclamar sus deberes y derechos, y se empoderó sobre las necesidades de la comunidad. El proceso de planeación continuó y juntos trabajamos en la definición de un plan de desarrollo comunitario que identificó nuestras principales necesidades. Colombia Responde también nos entregó un parque para los niños y un salón comunal que ha sido muy importante porque antes nos reuníamos debajo de los árboles. Ahora esto se ha convertido en un centro de recreación, porque allí bailamos; inclusive, conseguimos un televisor comunal. Después, empezamos a implementar Voces y Sonidos de los Montes de María, un proyecto que buscó recuperar nuestro derecho a la comunicación y a la libre expresión. Fue cuando creamos nuestro centro de producción radial, Camarón Stereo. Esto ha sido de mucha importancia para la comunidad, porque el acceso a los medios de comunicación era extremadamente difícil; la información nunca llegaba y esto disminuía la participación. Hoy en día nuestra comunicación es ágil y efectiva. Adicionalmente, después de 30 años de recibir clases en la sala de mi casa, en marzo de 2012 terminamos la construcción de la primera aula escolar, obra en la que muchos miembros de la comunidad se involucraron adquiriendo conocimientos sobre construcción.
Todo el trabajo con Colombia Responde nos ha ayudado a fortalecer nuestra capacidad de gestión. Por ejemplo, adquirimos cinco computadores del programa Computadores para Educar, porque los niños grabaron unos cuentos que convencieron al Ministerio de Comunicaciones sobre nuestras necesidades de mejorar la educación. Adicionalmente, por gestión de la comunidad, 93 personas entre 18 y 53 años están completando los días sábados su educación básica primaria y secundaria. Uno de los procesos más importantes ha sido el recate de valores, la autoestima, la responsabilidad y la confianza. Nosotros teníamos miedo, egoísmo y resentimiento, porque enfrentamos la violencia por más de 30 años. Hoy en día, Camarón irradia felicidad. A través de los proyectos productivos, Colombia Responde nos ha transformado en un campesinado visionario y progresista, esto es muy impactante. Ahora tenemos autonomía, liderazgo, empoderamiento, actitud gestora, y buscamos nosotros mismos las soluciones. Ahora estamos por ejemplo pensando en hacer un acueducto artesanal.
Cuando empezamos este proceso en julio de 2010, el gobierno de El Carmen de Bolívar ni siquiera sabía que nosotros existíamos. Hoy en día la presencia del gobierno es permanente, y ya no nos sentimos abandonados ni aislados. Nuestro Plan de Desarrollo Comunitario quedó incorporado en el Plan de Desarrollo Municipal, lo que nos hace pensar que muchas de nuestras problemáticas se resolverán. El proceso de integración regional ha sido muy exitoso, no sólo con el casco urbano de El Carmen de Bolívar, sino también con las otras comunidades de los Montes de María que han vivido este proceso de Colombia Responde. Ahora los miembros de estas 16 comunidades de San Jacinto, Ovejas, San Onofre y El Carmen, estamos unidos por una maravillosa amistad”.
ESTRATEGIA COLOMBIA RESPONDE
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